España ha avanzado considerablemente en la preservación de los mares al ser la primera nación de Europa en aprobar el Tratado sobre la Diversidad Biológica Marina en Áreas Fuera de la Jurisdicción Nacional, llamado Tratado de Alta Mar. Este pacto internacional, registrado en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, provee una estructura legal sólida para la salvaguarda de la biodiversidad en las aguas internacionales, que abarcan cerca de dos tercios de los océanos del mundo.
España ha dado un paso significativo en la conservación marina al convertirse en el primer país europeo en ratificar el Tratado sobre la Diversidad Biológica Marina en Áreas Fuera de la Jurisdicción Nacional, conocido como el Tratado de Alta Mar. Este acuerdo internacional, depositado en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, establece un marco legal robusto para la protección de la biodiversidad en aguas internacionales, que representan aproximadamente dos tercios de los océanos del planeta.
Este tratado cubre diversos aspectos esenciales para la preservación marina:
- Control de actividades humanas en alta mar: Define reglas para regular y monitorear actividades como la pesca, la minería en el fondo marino y el transporte por mar, con el objetivo de reducir su impacto ambiental.
- Establecimiento de áreas marinas protegidas: Facilita la creación de reservas marinas en regiones fuera de las jurisdicciones nacionales, contribuyendo a la conservación de ecosistemas frágiles y especies amenazadas.
- Repartición justa de beneficios: Introduce sistemas para asegurar que los beneficios obtenidos de la explotación de recursos genéticos marinos se distribuyan equitativamente entre las naciones, fomentando la justicia y la cooperación global.
La aprobación por parte de España reafirma su dedicatoria a la protección del entorno marino y al multilateralismo. La vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Sara Aagesen, resaltó la importancia de este tratado, declarando que «hoy nuestro país reafirma su compromiso con la agenda ambiental, el multilateralismo y un proyecto global que promueve la prosperidad de todos a través de la protección de los bienes públicos globales».
Para que el tratado tenga efecto, se requiere la ratificación de un mínimo de 60 países. Hasta ahora, 16 naciones, entre ellas España, han finalizado este procedimiento. Chile fue el primer país en aprobar el tratado en febrero de 2024. Una vez que se alcance el mínimo de 60 ratificaciones, el tratado entrará en vigor después de 120 días.
Para que el tratado entre en vigor, es necesaria la ratificación de al menos 60 países. Hasta la fecha, 16 naciones, incluyendo España, han completado este proceso. Chile fue el primer país en ratificar el tratado en febrero de 2024. Una vez alcanzado el umbral de 60 ratificaciones, el tratado entrará en vigor 120 días después.
Organizaciones ecologistas han elogiado la ratificación de España. Grupos como WWF, Greenpeace y Ecologistas en Acción han resaltado el simbolismo y la importancia de este paso, instando a otros países a seguir el ejemplo español para garantizar la pronta entrada en vigor del tratado y avanzar hacia la protección efectiva de los océanos.
España ya ha mostrado su dedicación a la conservación marina a escala nacional, con un 21% de su superficie marina protegida. El propósito del gobierno es elevar esta proporción al 25% en el año en curso y lograr un 30% para 2030, en línea con los objetivos fijados en el tratado.
España ya ha demostrado su compromiso con la conservación marina a nivel nacional, con un 21% de su superficie marina bajo protección. El objetivo del gobierno es aumentar esta cifra al 25% en el presente año y alcanzar el 30% para 2030, en consonancia con las metas establecidas en el tratado.
La ratificación del Tratado de Alta Mar por parte de España no solo refuerza su liderazgo en la protección ambiental, sino que también envía una señal clara a la comunidad internacional sobre la importancia de la cooperación y el compromiso colectivo para salvaguardar los océanos, que son fundamentales para la vida en la Tierra.
Se espera que la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Océano, programada para junio en Niza, Francia, sea un punto de inflexión, donde más países se sumen a la ratificación del tratado. La vicepresidenta Aagesen expresó su confianza en que «Niza va a ser para la protección del océano lo que ha sido París para la lucha contra el cambio climático», subrayando la necesidad de que más naciones se unan a este esfuerzo global.