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Desafíos externos
Durante los próximos tres años, las empresas enfrentarán desafíos importantes, principalmente relacionados con la economía y la política locales. Muchos países de la región están atravesando o próximamente atravesarán importantes procesos electorales, que añaden incertidumbre al panorama económico.
El otro desafío son los problemas específicos del sector en el que operan las empresas, que reflejan las diferentes circunstancias y dinámicas tanto a nivel local como internacional.
Los cambios en la demanda, las preferencias y los comportamientos de los consumidores también son cruciales, ya que obligan a las empresas a adaptarse rápidamente para seguir siendo relevantes en el mercado.
La competencia se intensifica a medida que ingresan nuevos competidores y sustitutos, tanto a nivel local como global, y esto representa un logro significativo para las empresas latinoamericanas.
El entorno económico y geopolítico global en constante cambio se posiciona como otro desafío importante. La incertidumbre y los cambios en la geopolítica global añaden otra capa de complejidad para las empresas.
Los cambios regulatorios y las reformas tributarias también se ven desafiados por una clave externa, ya que las empresas deben adaptarse rápidamente a las nuevas regulaciones para evitar incertidumbres legales.
En última instancia, las disrupciones y los riesgos tecnológicos representan tanto un dolor como una oportunidad. Las empresas deben seguir el ritmo de los avances tecnológicos para evitar la obsolescencia y obtener ventajas competitivas.
Desafíos internos
Internamente, las empresas buscan aumentar su participación en el mercado como su mayor desafío. Identificar oportunidades, establecer prioridades y definir estrategias son objetivos cruciales para lograr una expansión continua.
La mejora del funcionamiento, la productividad y la reducción de costes son la segunda prioridad. Controlar costes, optimizar recursos y gestionar proveedores son preocupaciones centrales para los ejecutivos.
La estrategia y la transformación empresarial también son una prioridad, impulsadas por la necesidad de adaptarse a los rápidos cambios impuestos por las crisis recurrentes. Implementar nuevos modelos de negociación y desarrollar el talento adecuado como objetivos clave.
La tecnología y la transformación digital han tomado el mayor protagonismo. Los desafíos clave aquí incluyen la implementación de nuevas tecnologías, la capacitación en habilidades digitales y la gestión del cambio.
La liquidez, la gestión financiera y el control interno también son importantes, especialmente en un contexto de restricciones crediticias y montos elevados. Anticipar su flujo de caja y acceder a crédito y tasas es crucial.
Finalmente, la gestión y experiencia del cliente, la innovación y el desarrollo de nuevos productos y servicios, junto con la ciberseguridad y la protección de datos, completan la lista de retos internos. La automatización de procesos también es un área de interés importante.
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